Era de obligado
cumplimiento comenzar mi andadura por este blog con una reflexión
sobre la situación actual en la que se encuentra España. No quiero
perder el tiempo lanzando una batería de datos, números y demás
parafernalia. Parafernalia que por otro lado escuchamos todos los
días en televisión y que a mi me tiene absolutamente agotado. A mí
me gustaría hacer una reflexión más profunda e ir más allá de
una serie de datos económicos, la mayoría de los cuales,
admitiéndolo con honestida, no comprendo en absoluto. Pues bien,
aquí va mi reflexión.
Nos desprecian. Este es
el mensaje absorbido tras un largo periodo fuera de España. Nos
saben enfermos, todos en Europa coinciden: España es un auténtico
peligro. Aquí la gente también coincide y tras ser bombardeados día
si y día también con una serie de cifras escalofriantes el
diagnóstico es el siguiente: este barco se hunde, caemos por un
agujero sin pozo etc etc. El análisis en nuestro país va aún más
lejos, y parece ser que la mirada va dirigida a lo que se conoce
ahora como “casta política”; los políticos son los culpables de
todo, parásitos ineptos que manejan con destreza el arte de saquear.
El análisis presenta un punto en común: España está enferma.
Ahora bien, ¿pero es que
acaso hubo alguna vez una España sana? Pues no. España padece de
una enfermedad crónica, aquella responsable de que todas esas
oportunidades creadoras que ha tenido a lo largo de la historia
acabaran en el cubo de la basura. Creedme cuando digo que me duele
llegar a esta conclusión, pero no me queda otra. España es un país
fracasado, condenado a perecer por el tamaño de la enfermedad.
Podemos operar, podemos extirpar, pero la metástasis seguirá
avanzando; España no merece ser salvada, al menos no la España que
conocemos. Y se encuentra en un estado terminal por una simple razón:
sus gentes. Si de algo se ha encargado la sociedad española de
demostrar por activa y por pasiva es que es absolutamente incapaz de
mirar hacia delante y de construir no ya un futuro, sino un presente
digno de admiración.
Ahora que nuestro
“queridísimo” presidente del gobierno nos cuenta que para salvar
a este moribundo país son necesarias medidas tan dolorosas como
eliminar la paga extra de navidad numerosos ciudadanos españoles se
llevan las manos a la cabeza. Tras un “profundo proceso de
reflexión”, llegan a la magnífica conclusión de que el problema
de este país son los políticos, a los cuales debemos dirigir toda
nuestra ira y pedir responsabilidades por todo lo que está
ocurriendo. ¿Pero por qué no espabilamos? ¡Si la culpa es nuestra!
Si a alguien hay que
pedir explicaciones es a nosotros pues nosotros hemos desdeñado la
libertad. Nosotros hemos despreciado la libertad, cambiándola por la
seguridad fácilmente exigible a papá Estado; aquí nadie es
responsable de nada y todo es reclamable al Estado. Hemos soñado con
un poder único y todopoderoso al cual se le puede exigir todo por el
mero hecho de haber sido ¿elegido? por los ciudadanos. Cada cuatro
años nos consolamos saliendo de la tutela para elegir a nuestros
amos y volver inmediatamente a ella. Pobres ilusos, miserables que
creemos ejercer algún tipo de poderío por el hecho de elegir a
nuestros amos. Señores, la culpa es nuestra porque hemos abandonado
toda capacidad de reflexión y autocrítica; porque hemos decidido
no ser cabezas pensantes; para qué, si ya tenemos a quien echar la
culpa, a aquellos amos a los que elegimos cada cuatro años. España
se encuentra cayendo por un agujero sin fondo por una sencilla razón,
la sociedad española se compone de ovejas y mentes muertas. Nos
hemos dejado arrastrar por la mediocridad, que implica el ceder toda
responsabilidad a los de arriba; ya no somos responsables de nada y
por ello no necesitamos hacer autocrítica ni buscar soluciones a
nuestros errores, se acabó el pensar.
La gente se ha abandonado
a papá Estado, los de arriba, a la “casta política”, a aceptar
todo aquello que emana de sus amos. Creemos que vivimos en un estado
democrático donde gozamos de un mayor intercambio de ideas y
opiniones, pero no es cierto. ¿Acaso nos interesa escuchar al
individuo de al lado? Avanzamos hacia una homogeneización de
creencias, creencias absolutamente establecidas por la opinión
publica y que no pueden ser discutidas. Da igual que jamás se haya
estudiado o debatido el problema en cuestión pues la opinión
pública, a través de los medios de comunicación, impone su verdad.
Si lo dice la opinión publica, ¿quién eres tu osado individuo para
levantar la voz? Al mismo tiempo, a pesar de dicha homogeneización
nos bombardean con grandes polémicas ideológicas, las cuales para
mayor perversión se encuentran absolutamente vacías de contenido.
Éste es el elemento esclavizador; creador de creencias, creencias
establecidas que jamás seran discutidas y creador de polémicas
ideológicas, polémicas vacías de contenido.
La guía que viene desde
arriba nos indica el procedimiento: ciudadanos no penseis, y si acaso
os da por entrar en una discusión, no busqueis el entendimiento sino
la confrontación. No escucheis argumentos, reclamad posturas; Dime
si eres blanco o negro, si eres de izquierdas o de derechas. La
postura, obsesión maniquea entre la gente. ¿Qué sois? Gritó
Courfeyrac. Demócrata bonapartista dijo Mario.
Y así los ciudadanos
malgastan su tiempo discutiendo sobre todo y nada. Ya te hemos
dado las creencias, desde ellas discute. Ya te hemos dado las
polémicas, aliméntalas. Incapaz de escuchar, incapaz de razonar,
eres un esclavo y como esclavo estás bajo mi protección. Tu vida es
más sencilla, pues careces de toda responsabilidad.
De este modo asistimos a
“debates” y “tertulias” de una calidad deprimente, en la que
se discute sin argumentos. Discusiones estúpidas y vacías carentes
de espíritu pensante y agitador. El nivel alcanzado es dolorosamente
grosero, y ejemplos los hay a patadas: tras un debate entre los dos
cantidatos a la presidencia del gobierno, o tras el debate del Estado
de la Nación, las discusiones “intelectuales” así como las
conversaciones a pie de calle consisten en decidir... ¿¡quién ha
ganado!? Asistimos a perversiones como el hecho de que un partido
político alcance la mayoría absoluta sin haber explicado nada de lo
que piensa hacer. Perversiones como el hecho de que un expresidente
del gobierno tan nefasto como lo ha sido José Luis Rodríguez
Zapatero esté cobrando una pensión astronómica tras arruinar al
país. Entre esa “casta política” aumentan los insultos y los
gritos, la demagogia, la ideología barata, todo en detrimento de los
debates serios y enriquecedores (si es que alguna vez existieron). Se
vanaglorian de no escucharse entre ellos y se carcajean cuando, tras
haber robado y arruinado, son reelegidos. Todo ya está expuesto,
demuestran su pestilencia con un orgullo insultante pero, ¿a quién
le importa ya esconder la verdad? Los de arriba ya no necesitan
disimular, piensan que los de abajo son incapaces de despertar. Así,
con tranquilidad, nos dicen que no hay otra manera de hacer las
cosas.
Si señores, ya lo hemos
conseguido, somos un rebaño de ovejas idiotizadas dominado por
pestilentes pastores. Ahora nos quejamos pero, ¿de qué nos podemos
quejar? No solo nos hemos educado en el arte de la confrontación y
el ataque. Tenemos ladrones en nuestras instituciones, tenemos
mentirosos y gente deshonesta. ¿Y qué son el resto? En este pais se
han aceptado dos condiciones como absolutamente indispensables: una
es ser un ignorante (y ya he hablado sobre ello), y otra es ser
deshonesto. El que no roba es un imbécil y el que no es un imbécil
roba...sin olvidar el que reune las dos maravillosas cualidades. La
conversación avanzaría más o menos de la siguiente manera: Hombre
no, hay que ser listo, aquí todo el mundo roba o es deshonesto, no
voy a ser yo el paria. ¿Que estos llevan años robando? Si los otros
son iguales, pero roban menos. Vamos a ver, ¡esto yo lo he oído
y es lamentable!
Ya han pasado 4 años,
nos toca ejercer de jefes, a votar de nuevo. ¿A quién votamos?
Estos del PSOE se han cargado el país, vamos a votar al PP. Pero si
no han explicado nada de lo que van a hacer y no parecen por la labor
de cambiar lo importante. Yo que se tio, pero lo harán mejor, peor
imposible, además si todos roban! Diría que en cuatro años
volvería a pasar lo mismo y el PSOE ganaría gracias al mismo
estúpido argumento, de no ser porque parece que esta situación no
dará tanto de sí y quizás el país explote antes de tiempo.
Muchos os sentireis
ofendidos y direis que hay muchísima gente que no pertenece a
ninguna de esas categorías. Absteneos de decirme eso, porque ya lo
se. Pero admitamoslo, en España lleva dominando la estupidez, la
corrupción y la mala uva demasiado tiempo. Solo cuando seamos
capaces de hacer autocrítica y aceptar la verdad seremos capaces de
cambiar las cosas. Para ello tendremos que aceptar que nosotros somos
los que hemos fracasado, que la sociedad española ha fracasado. Con
suerte ocurrirá y tras ello oiremos numerosos gritos desesperados a
la libertad y al pensamiento. ¡No culpemos a nadie sino a nosotros
mismos! Esto no quiere decir que no haya que levantarse contra las
injusticias, que no haya que rechazar las barbaridades. Pero el
cambio de unos por otros, el paro de los recortes, un ligero cambio
de rumbo, no será nada sino simples parches contra una enfermedad
sistémica. No miremos hacia delante desde el resentimiento. Es hora
de clamar por la inteligencia, por el pensamiento crítico, por la
reflexión. Ya hemos sido dominados durante mucho tiempo, pero el
dominado debe ser capaz de aceptar su parte de culpa en la
dominación. Ramón y Cajal dijo: “Los débiles sucumben, no por
débiles, sino por ignorar que lo son. Lo mismo sucede a las
naciones.” Salgamos de la ignorancia. El fuerte anhela la
libertad, lo que conduce irremediablemente a una mayor riqueza
personal porque uno se ve obligado a usar el intelecto, a no
conformarse, a pensar, a incrementar la capacidad creadora, a
cultivarse, a ser independiente.Solo desde el intelecto podremos
salir de ésta. Así seremos ciudadanos libres, cabezas pensantes
capaces de avanzar sin dominación. Podemos cambiar. Pero claro, esto
lleva consigo algo añadido, entonces tendremos que responder de
nuestros actos, ya se nos podrá exigir responsabilidades. ¿Estamos
dispuestos?
Rodri, que pequenyo ensayo mas bueno. Me ha encantado (si es que la sensacion de amargura, tristeza y rabia puede ir acompanyada de admiracion y de la palabra 'encantado'). Verdades como punyos, y esta muy muy bien escrito. Gracias.
ReplyDeleteYa se de sobra que este no es el objetivo de compartir lo que has escrito, pero te recomiendo que mandes esto a algun periodico, alguna revista, lo que sea, pero que lo lea la gente! Es una llamada a un despertar, es una verdad de las que duelen pero necesaria. Estoy de acuerdo contigo en la mayoria de tus argumentos, pero aunque no lo estuviese, es una reflexion muy valiosa, compartela! Hace pensar, cuento menos, y remueve, que es necesario.
Pero bueno, siento darte la conya.. gracias por compartirlo con nosotros, te importa si se lo mando a mi familia? Me ha encantado, y creo que a mi madre especialmente le va a gustar mucho.
Y al margen de esto, me gustaria compartir contigo lo que pienso sobre lo que escribes, pero necesito digerirlo primero.
Un abrazo muy grande tronski, sigue con este blog!!
Martuflens, mandaselo a tu madre (puedes mandarle el link al blog) y a quien quieras. He escrito esto porque necesito compartir lo que pienso y sí que es verdad que se me había pasado por la cabeza mandarlo a algún periódico o revista. Me alegro mucho de que hayas dejado un comentario y por supuesto estaré encantado de compartir contigo lo que piensas. Digiérelo y cuando puedas y quieras me escribes, que yo encantado. He hecho el blog para expresar mis ideas pero también para acercarme a las vuestras.
DeleteUn besazo enorme
Estoy de acuerdo con Martus, esto cuanto menos hace pensar independientemente que se este o no de acuerdo , me llama la atención cuando dices que has hecho el blog no solo para expresar tus ideas sino también para compartirlas y acercarte a las de los demás, si señor ese es el camino el intercambio, por eso deberías mandarlo a algún periodico o revista y no te limites solo al blog,hay un desarraigo en la gente joven que bien porque ha querido o por circunstancias ha dejado España y yo creo que es imprescindible para este país oír sus voces .
ReplyDeleteUn abrazo desde España