Sunday 12 August 2012

Sobre la democracia (2)


Para no hacer un entrada demasiado larga e insufrible la he separado en dos partes. En la primer parte he hablado sobre la democracia ateniense y la idea moderna de democracia representativa. Analicemos como funciona dicha "democracia" en nuestro país.

El poder legislativo está dividido en dos asambleas, el Senado (no es necesario hablar aquí de su poca utilidad) y el Congreso de los diputados. Este poder es elegido por los ciudadanos cada cuatro años mediante listas cerradas, es decir, nosotros no elegimos a los individuos de manera individual sino al partido político en base a (en teoría) su programa político. De este modo se elimina la capacidad de los ciudadanos de tomar decisiones políticas vinculantes (característica fundamental de la democracia ateniense). Los ciudadanos ya no legislan sino que son los partidos políticos los que lo hacen. Pero claro, para legislar hace falta discusión, hace falta una deliberación. El Congreso de los diputados contiene los (en teoría) representantes de los ciudadanos y mediante el debate crítico y serio deben legislar. Si aquellos “representantes” de los ciudadanos no son capaces de deliberar de una forma seria, de qué sirve esta Cámara. Ejemplo magnífico es el siguiente: http://www.youtube.com/watch?v=ThtnyiowMso

No os fijeis en quién aparecen en el video y sobre lo que se está hablando que para el caso me trae sin cuidado. En el minuto 1:47, el individuo se atreve a decir “no me acuerdo porque no estoy tan pendiente de usted”. ¡Esto que dice es terrible, porque lo que está diciendo básicamente es que no presta atención a la representante de más de un millón de españoles! Demuestra claramente el nivel alcanzado en el Congreso, donde día tras día se oyen abucheos, insultos, charlas mientras alguien hace su intervención y lo que es peor, a veces durante tal intervención más de la mitad del hemiciclo está vacío. ¿Esto es legislar? ¿Estos señores no tienen obligaciones como representantes de los ciudadanos en el Congreso? Aquí no se debate, no se escucha al personal y todo se reduce a ocupar un asiento en el momento de votar una ley para votar si o no, punto y pelota. 

Pero demos un paso más y hablemos sobre el poder ejecutivo, el cual recae en un presidente y un conjunto de ministros. A pesar de lo que pueda pensar mucha gente (pues van pensando en que votan para formar el gobierno), nuestra elecciones son legislativas y lo que sucede es que esas únicas elecciones marcan el destino del poder ejecutivo. Se vota a un partido, como ya he dicho con listas cerradas y ese partido obtiene mayoría absoluta como es el caso actual. Tiene mayoría absoluta en el congreso y puede legislar como le venga en gana, cualquier ley saldrá adelante y además este partido político elige por completo al equipo de gobierno. Por supuesto ni hablar de elección por sorteo como en la antigua Atenas, pero es que aquí tampoco se elige al equipo de gobierno por votación, ni directa (nosotros) ni indirecta mediante el Congreso de los diputados, por ese poder legislativo que se supone es el representante de los ciudadanos. Los elige el presidente, el cual es el cabeza de lista (cerrada) del partido más votado y además no tiene la obligación de indicar a quienes elegirá antes de las elecciones. Este individuo elige a los ministros, aquellos que llevarán las riendas del país en los próximos cuatros años, aquellos que ejecutan las leyes. ¿Y podemos decir que este poder ejecutivo reside en la soberanía del pueblo?Estos individuos aplicarán las leyes y mientras tanto, ese mismo partido político tiene capacidad en las cortes de tumbar todo debate o ley que no les interese. ¿Acaso el poder ejecutivo está controlado por el poder legislativo? No se suponía que cada poder debía estar controlado por los otros dos?

Pero no necesitamos ir tan lejos. El propio sistema demuestra su pestilencia desde el mismo momento en lo de que la representatividad es un cuento chino. Si queremos una democracia representativa, ésta debe ser lo más representativa posible y las dos cámaras deben representar lo más fielmente posible el querer de los ciudadanos. Con la ley electoral que tenemos, ¿es eso posible?Ejemplos tan estúpidos como el único escaño de Ceuta, que implica que todos los votos que no van al partido ganador en esa circunscripción se tiren a la basura. Una ley que hace que miles de votos sean arrojados a la basura por el simple hecho de no estar concentrados en una determinada provincia. Una ley que prima a los partidos mayoritarios, enraizados en el poder, y a los partidos nacionalistas, estos últimos con un poder a menudo desproporcionado para influir en un Congreso en el que no creen. Una ley que añade un porcentage mínimo incluso para optar a la pugna por escaños. No necesitais que ponga números porque seguro que ya habeis leído mucho pero es necesario dejarlo claro una vez mas, no tenemos unas cámaras que sean el fiel reflejo de lo que los ciudadanos votan. La democracia representativa supone buscar la máxima representatividad posible, si esto no ocurre, la democracia queda lisiada. Lo de la representatividad se convierte en una auténtica falacia. 

La última parte es el poder judicial. Éste poder supuestamente debería ser absolutamente independiente, como ya dije antes, para garantizar que no se den casos de corrupción y que este poder no quede supeditado al poder ejecutivo. ¿Acaso a alguien se le ocurre pensar que este poder es independiente? El consejo general del poder judicial está formado por 20 vocales, los cuales son en su totalidad elegidos por las cortes generales. ¿Puede este órgano estar más politizado? ¡Y este órgano se encarga de garantizar la independencia de los jueces en el ejercicio de la función judicial frente a todos! ¿Y el tribunal constitucional? De 12 miembros 2 son elegidos por el propio gobierno y otros dos por el politizado CGPJ. Recordemos el caso de Fernández de la Vega echando la bronca a la, por aquel entonces presidenta del Tribunal Constitucional Maria Emilia Casas, o el discursito de esta última cuando, por fin, fue relevada de su cargo. Ni que decir que lo del fiscal general elegido por el propio gobierno es otro cachondeo más. Todavía me acuerdo del por entonces Fiscal general Conde-Pumpido en sus declaraciones invitando a los jueces a valorar las nuevas circunstancias en delitos relacionados con el terrorismo durante la humillante negociación con ETA llevada a cabo por el gobierno socialista. Y la lista continúa: Tribunal de cuentas, defensora del pueblo...Y para qué continuar con los casos de corrupción, con la última de Dívar etc etc. Lo peor de todo es la manera tan grosera en la cual se lleva a cabo, demostrando que nos toman por aunténticos imbéciles. Uno de los pilares fundamentales de una democracia es la igualdad de todos ante la ley y el no cumplimiento de esta máxima es lo que me resulta más doloroso. ¿Alguien en su sano juicio y tras una reflexión es capaz de llegar a la conclusión de que todos en España somos iguales ante la ley? ¿Pero qué esperar si estos individuos manejan todo poder a su antojo? La lista de sus privilegios avanza a un ritmo desenfrenado. No me quiero detener en esto, sino que me concentraré en ello en una entrada más adelante.

Resumiendo vemos que el ciudadano ya no legisla ni participa de manera activa en la política. Solo tenemos unas elecciones de las que se derivan el poder legislativo (a pesar de lo que mucha gente piense). Estas elecciones gracias a la ley vigente resultan en unas cámaras cuya representatividad del voto ciudadano es cuanto menos, muy mala. El jefe de gobierno no se elige directamente por la ciudadanía mediante un proceso electoral independiente y el equipo de gobierno tampoco sino que lo elige el primer cabeza de lista (cerrada) del partido más votado. Es decir, sobre las autoridades del poder ejecutivo nosotros no tenemos ni voz ni voto (al menos directo). El poder legislativo está tremendamente deteriorado por la calidad de sus legisladores y además situaciones como una mayoría absoluta estrangulan aún más dicho poder. Tenemos un poder judicial que ni mucho menos es independiente y el pilar de la igualdad ante la ley jamás se construyó sino que se avanza contínuamente hacia una mayor desigualdad. Es decir, ni soberanía popular, ni representatividad, ni separación de poderes e independencia del poder judicial, ni igualdad ante la ley...¿dónde está la democracia?

Pero decía que lo peor de todo es la grosería con la que se lleva todo a cabo. La grosería de estos individuos nuestros representantes, que se vanaglorian de no escucharse, de no debatir, que se insultan y se ignoran, la grosería con la que profesan la mediocridad y, por encima de todo, la grosera forma en que tienen de mentirnos y tomarnos el pelo. Las formas son lo peor pues indican la enormidad del mal que nos aflige. Es tal el control que tienen sobre nosotros que no necesitan disimular. Los partidos políticos han absorbido todas las ramas existentes, constituyendo un cuerpo burocrático cargado de privilegios al cual es prácticamente imposible eliminar pues ya sabemos lo que sucede cuando las cosas van demasiado mal. Se llega a un estado deprorable y finalmente se culpa al Estado de todo mal que sucede. La paciencia ha llegado a un límite y la gente se levanta contra el gobierno, el cual es sustituido por otro que pasa directamente a dirigir el aparato burocrático y todo sigue exactamente igual. De esto es responsable la mediocridad, la superficialidad de las cosas y la falta de pensamiento y discusión. Antes la gente era dominada a base de palos, ahora todo es más sofisticado. Uno es dominado mediante la “opinión pública” y la máxima de la “democracia”, el creer que todos somos iguales sin entender lo que eso significa y el estar convencidos de que nosotros tenemos el control por depositar una papeleta cada cuatro años. Nos han educado para no pensar y estamos contentos por ello. Se nos miente de manera inaceptable y nosotros seguimos reeligiendo a los mismos. Estamos manipulados y nuestras decisiones ya no vienen del pensamiento crítico (si es que alguna vez lo hicieron) y por supuesto este mal no es exclusivo de España.

Pero simplemente, por si queda alguna duda, analicémoslo desde otra perspectiva. Nosotros votamos a un determinado político en función de su programa. Bueno, no es cierto, sino que es más bien por razones viscerales y por lo que nos dice la opinión pública pero imaginemos que los votamos por su programa electoral. Se establece entonces un contrato entre los partidos políticos y sus votantes. En el momento en que un partido político inclumpe de manera sistemática su programa electoral y demuestra que miente, deja de ser legítimo y esto lo hacen de manera constante. Cuando el presidente del gobierno dijo que iba a hacer A antes de las elecciones y ahora hace B, demuestra que ha mentido y además incumple su contrato.



Lo que es aún más escandaloso en este caso son las razones expuestas. Nos cuentan que no hay opción, que no tienen remedio, que tienen que imponer estas medidas para reducir el déficit y nos dicen que no tienen libertad. Esta es la gota que colma el vaso. ¿Pero dónde esta la soberanía popular? ¿A nuestro presidente quién lo ha votado, los ciudadanos españoles o quién? En primer lugar claro que hay opción, y la función de un gobernante es elegir, elegir la opción, con lo cual que no nos diga que no hay opción. Y en segundo lugar, ¿cómo que no tiene libertad? ¿Quién le está privando de ella? ¿Lo hacen desde Bruselas, desde Alemania, eso que llama todo el mundo los mercados? El señor presidente del gobierno sí tiene libertad y opciones para elegir y ha elegido la dirección que ha querido, engañando a los ciudadanos y triturando su programa electoral. Si además se empeña en decir que no tiene libertad ni opción, entonces está diciendo explícitamente que su gobierno no es legítimo, pues no representa a la soberanía nacional, las ordenes le llegan de fuera. De un modo u otro, este gobierno hace tiempo ya que dejó de ser legítimo. Un gobierno no es legítimo simplemente porque se le haya votado, no se le da un cheque en blanco.

Para que haya más democracia o para defenderla es primero necesario que exista. Si no existe no se puede defender, hay que traerla primero. Aceptémoslo, en España no tenemos democracia, lo que tenemos es una aristocracia o mejor dicho, una partitocracia. Mi intención no era siquiera defender la democracia frente a otras formas de gobierno sino simplemente dejar claro que hay que llamar a las cosas por su nombre y aunque les pese a muchos, el sistema empleado en España es una partitocracia, y no una democracia. Si se quiere democracia habrá que traerla pero para ello en primer lugar es necesario que tengamos bien claro lo que ella implica, pues la democracia trae consigo una serie de características, no es una palabra sin más, vacía de contenido.






1 comment:

  1. Todo lo que dices es muy acertado,pero hay algo muy importante ,la democracia como la vida requiere de todos algo que hemos olvidado y apartado de nuestro sistema de vida ,me refiero al esfuerzo, no hay recompensa si no hay esfuerzo por nuestra parte algo que desde siempre han entendido todos los hombres que han marcado la historia de la humanidad,y para que la democracia funcione es imprescindible que nos esforcemos por eso necesitamos personas que con sus pensamientos nos obliguen a ello.
    Enhorabuena y no te desalientes en tu empeño, sigue escribiendo y contando tus experiencias porque hoy mas que nunca necesitamos personas como tu sin miedo al compromiso y generosos con su intelecto hacia los demás.

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