Sunday 12 August 2012

Sobre la democracia (2)


Para no hacer un entrada demasiado larga e insufrible la he separado en dos partes. En la primer parte he hablado sobre la democracia ateniense y la idea moderna de democracia representativa. Analicemos como funciona dicha "democracia" en nuestro país.

El poder legislativo está dividido en dos asambleas, el Senado (no es necesario hablar aquí de su poca utilidad) y el Congreso de los diputados. Este poder es elegido por los ciudadanos cada cuatro años mediante listas cerradas, es decir, nosotros no elegimos a los individuos de manera individual sino al partido político en base a (en teoría) su programa político. De este modo se elimina la capacidad de los ciudadanos de tomar decisiones políticas vinculantes (característica fundamental de la democracia ateniense). Los ciudadanos ya no legislan sino que son los partidos políticos los que lo hacen. Pero claro, para legislar hace falta discusión, hace falta una deliberación. El Congreso de los diputados contiene los (en teoría) representantes de los ciudadanos y mediante el debate crítico y serio deben legislar. Si aquellos “representantes” de los ciudadanos no son capaces de deliberar de una forma seria, de qué sirve esta Cámara. Ejemplo magnífico es el siguiente: http://www.youtube.com/watch?v=ThtnyiowMso

No os fijeis en quién aparecen en el video y sobre lo que se está hablando que para el caso me trae sin cuidado. En el minuto 1:47, el individuo se atreve a decir “no me acuerdo porque no estoy tan pendiente de usted”. ¡Esto que dice es terrible, porque lo que está diciendo básicamente es que no presta atención a la representante de más de un millón de españoles! Demuestra claramente el nivel alcanzado en el Congreso, donde día tras día se oyen abucheos, insultos, charlas mientras alguien hace su intervención y lo que es peor, a veces durante tal intervención más de la mitad del hemiciclo está vacío. ¿Esto es legislar? ¿Estos señores no tienen obligaciones como representantes de los ciudadanos en el Congreso? Aquí no se debate, no se escucha al personal y todo se reduce a ocupar un asiento en el momento de votar una ley para votar si o no, punto y pelota. 

Pero demos un paso más y hablemos sobre el poder ejecutivo, el cual recae en un presidente y un conjunto de ministros. A pesar de lo que pueda pensar mucha gente (pues van pensando en que votan para formar el gobierno), nuestra elecciones son legislativas y lo que sucede es que esas únicas elecciones marcan el destino del poder ejecutivo. Se vota a un partido, como ya he dicho con listas cerradas y ese partido obtiene mayoría absoluta como es el caso actual. Tiene mayoría absoluta en el congreso y puede legislar como le venga en gana, cualquier ley saldrá adelante y además este partido político elige por completo al equipo de gobierno. Por supuesto ni hablar de elección por sorteo como en la antigua Atenas, pero es que aquí tampoco se elige al equipo de gobierno por votación, ni directa (nosotros) ni indirecta mediante el Congreso de los diputados, por ese poder legislativo que se supone es el representante de los ciudadanos. Los elige el presidente, el cual es el cabeza de lista (cerrada) del partido más votado y además no tiene la obligación de indicar a quienes elegirá antes de las elecciones. Este individuo elige a los ministros, aquellos que llevarán las riendas del país en los próximos cuatros años, aquellos que ejecutan las leyes. ¿Y podemos decir que este poder ejecutivo reside en la soberanía del pueblo?Estos individuos aplicarán las leyes y mientras tanto, ese mismo partido político tiene capacidad en las cortes de tumbar todo debate o ley que no les interese. ¿Acaso el poder ejecutivo está controlado por el poder legislativo? No se suponía que cada poder debía estar controlado por los otros dos?

Pero no necesitamos ir tan lejos. El propio sistema demuestra su pestilencia desde el mismo momento en lo de que la representatividad es un cuento chino. Si queremos una democracia representativa, ésta debe ser lo más representativa posible y las dos cámaras deben representar lo más fielmente posible el querer de los ciudadanos. Con la ley electoral que tenemos, ¿es eso posible?Ejemplos tan estúpidos como el único escaño de Ceuta, que implica que todos los votos que no van al partido ganador en esa circunscripción se tiren a la basura. Una ley que hace que miles de votos sean arrojados a la basura por el simple hecho de no estar concentrados en una determinada provincia. Una ley que prima a los partidos mayoritarios, enraizados en el poder, y a los partidos nacionalistas, estos últimos con un poder a menudo desproporcionado para influir en un Congreso en el que no creen. Una ley que añade un porcentage mínimo incluso para optar a la pugna por escaños. No necesitais que ponga números porque seguro que ya habeis leído mucho pero es necesario dejarlo claro una vez mas, no tenemos unas cámaras que sean el fiel reflejo de lo que los ciudadanos votan. La democracia representativa supone buscar la máxima representatividad posible, si esto no ocurre, la democracia queda lisiada. Lo de la representatividad se convierte en una auténtica falacia. 

La última parte es el poder judicial. Éste poder supuestamente debería ser absolutamente independiente, como ya dije antes, para garantizar que no se den casos de corrupción y que este poder no quede supeditado al poder ejecutivo. ¿Acaso a alguien se le ocurre pensar que este poder es independiente? El consejo general del poder judicial está formado por 20 vocales, los cuales son en su totalidad elegidos por las cortes generales. ¿Puede este órgano estar más politizado? ¡Y este órgano se encarga de garantizar la independencia de los jueces en el ejercicio de la función judicial frente a todos! ¿Y el tribunal constitucional? De 12 miembros 2 son elegidos por el propio gobierno y otros dos por el politizado CGPJ. Recordemos el caso de Fernández de la Vega echando la bronca a la, por aquel entonces presidenta del Tribunal Constitucional Maria Emilia Casas, o el discursito de esta última cuando, por fin, fue relevada de su cargo. Ni que decir que lo del fiscal general elegido por el propio gobierno es otro cachondeo más. Todavía me acuerdo del por entonces Fiscal general Conde-Pumpido en sus declaraciones invitando a los jueces a valorar las nuevas circunstancias en delitos relacionados con el terrorismo durante la humillante negociación con ETA llevada a cabo por el gobierno socialista. Y la lista continúa: Tribunal de cuentas, defensora del pueblo...Y para qué continuar con los casos de corrupción, con la última de Dívar etc etc. Lo peor de todo es la manera tan grosera en la cual se lleva a cabo, demostrando que nos toman por aunténticos imbéciles. Uno de los pilares fundamentales de una democracia es la igualdad de todos ante la ley y el no cumplimiento de esta máxima es lo que me resulta más doloroso. ¿Alguien en su sano juicio y tras una reflexión es capaz de llegar a la conclusión de que todos en España somos iguales ante la ley? ¿Pero qué esperar si estos individuos manejan todo poder a su antojo? La lista de sus privilegios avanza a un ritmo desenfrenado. No me quiero detener en esto, sino que me concentraré en ello en una entrada más adelante.

Resumiendo vemos que el ciudadano ya no legisla ni participa de manera activa en la política. Solo tenemos unas elecciones de las que se derivan el poder legislativo (a pesar de lo que mucha gente piense). Estas elecciones gracias a la ley vigente resultan en unas cámaras cuya representatividad del voto ciudadano es cuanto menos, muy mala. El jefe de gobierno no se elige directamente por la ciudadanía mediante un proceso electoral independiente y el equipo de gobierno tampoco sino que lo elige el primer cabeza de lista (cerrada) del partido más votado. Es decir, sobre las autoridades del poder ejecutivo nosotros no tenemos ni voz ni voto (al menos directo). El poder legislativo está tremendamente deteriorado por la calidad de sus legisladores y además situaciones como una mayoría absoluta estrangulan aún más dicho poder. Tenemos un poder judicial que ni mucho menos es independiente y el pilar de la igualdad ante la ley jamás se construyó sino que se avanza contínuamente hacia una mayor desigualdad. Es decir, ni soberanía popular, ni representatividad, ni separación de poderes e independencia del poder judicial, ni igualdad ante la ley...¿dónde está la democracia?

Pero decía que lo peor de todo es la grosería con la que se lleva todo a cabo. La grosería de estos individuos nuestros representantes, que se vanaglorian de no escucharse, de no debatir, que se insultan y se ignoran, la grosería con la que profesan la mediocridad y, por encima de todo, la grosera forma en que tienen de mentirnos y tomarnos el pelo. Las formas son lo peor pues indican la enormidad del mal que nos aflige. Es tal el control que tienen sobre nosotros que no necesitan disimular. Los partidos políticos han absorbido todas las ramas existentes, constituyendo un cuerpo burocrático cargado de privilegios al cual es prácticamente imposible eliminar pues ya sabemos lo que sucede cuando las cosas van demasiado mal. Se llega a un estado deprorable y finalmente se culpa al Estado de todo mal que sucede. La paciencia ha llegado a un límite y la gente se levanta contra el gobierno, el cual es sustituido por otro que pasa directamente a dirigir el aparato burocrático y todo sigue exactamente igual. De esto es responsable la mediocridad, la superficialidad de las cosas y la falta de pensamiento y discusión. Antes la gente era dominada a base de palos, ahora todo es más sofisticado. Uno es dominado mediante la “opinión pública” y la máxima de la “democracia”, el creer que todos somos iguales sin entender lo que eso significa y el estar convencidos de que nosotros tenemos el control por depositar una papeleta cada cuatro años. Nos han educado para no pensar y estamos contentos por ello. Se nos miente de manera inaceptable y nosotros seguimos reeligiendo a los mismos. Estamos manipulados y nuestras decisiones ya no vienen del pensamiento crítico (si es que alguna vez lo hicieron) y por supuesto este mal no es exclusivo de España.

Pero simplemente, por si queda alguna duda, analicémoslo desde otra perspectiva. Nosotros votamos a un determinado político en función de su programa. Bueno, no es cierto, sino que es más bien por razones viscerales y por lo que nos dice la opinión pública pero imaginemos que los votamos por su programa electoral. Se establece entonces un contrato entre los partidos políticos y sus votantes. En el momento en que un partido político inclumpe de manera sistemática su programa electoral y demuestra que miente, deja de ser legítimo y esto lo hacen de manera constante. Cuando el presidente del gobierno dijo que iba a hacer A antes de las elecciones y ahora hace B, demuestra que ha mentido y además incumple su contrato.



Lo que es aún más escandaloso en este caso son las razones expuestas. Nos cuentan que no hay opción, que no tienen remedio, que tienen que imponer estas medidas para reducir el déficit y nos dicen que no tienen libertad. Esta es la gota que colma el vaso. ¿Pero dónde esta la soberanía popular? ¿A nuestro presidente quién lo ha votado, los ciudadanos españoles o quién? En primer lugar claro que hay opción, y la función de un gobernante es elegir, elegir la opción, con lo cual que no nos diga que no hay opción. Y en segundo lugar, ¿cómo que no tiene libertad? ¿Quién le está privando de ella? ¿Lo hacen desde Bruselas, desde Alemania, eso que llama todo el mundo los mercados? El señor presidente del gobierno sí tiene libertad y opciones para elegir y ha elegido la dirección que ha querido, engañando a los ciudadanos y triturando su programa electoral. Si además se empeña en decir que no tiene libertad ni opción, entonces está diciendo explícitamente que su gobierno no es legítimo, pues no representa a la soberanía nacional, las ordenes le llegan de fuera. De un modo u otro, este gobierno hace tiempo ya que dejó de ser legítimo. Un gobierno no es legítimo simplemente porque se le haya votado, no se le da un cheque en blanco.

Para que haya más democracia o para defenderla es primero necesario que exista. Si no existe no se puede defender, hay que traerla primero. Aceptémoslo, en España no tenemos democracia, lo que tenemos es una aristocracia o mejor dicho, una partitocracia. Mi intención no era siquiera defender la democracia frente a otras formas de gobierno sino simplemente dejar claro que hay que llamar a las cosas por su nombre y aunque les pese a muchos, el sistema empleado en España es una partitocracia, y no una democracia. Si se quiere democracia habrá que traerla pero para ello en primer lugar es necesario que tengamos bien claro lo que ella implica, pues la democracia trae consigo una serie de características, no es una palabra sin más, vacía de contenido.






Sobre la democracia


Tengo la sensación de que mucha gente no comprende el significado de la palabra democracia, o mejor dicho, lo desconoce. Esta palabra se oye prácticamente todos los días, se pide a gritos y se defiende de manera vehemente, furiosa. Pero estos gritos carecen de toda fuerza pues esta palabra ha sido vaciada de contenido. Se escuchan hasta cosas como: ¡Hace falta más democracia! La democracia implica una serie de características que conforman un sistema y aunque hay diversos tipos de democracia, cabe pensar que, o existe democracia o no existe. La ignorancia, destructora del valor y el significado de la democracia, es la razón por la cual tantísima gente es capaz de defenderla mediante los argumentos más estúpidos. La democracia ya no es defendida como el sistema de gobierno más justo por tal o cual razón, como la mejor o menos mala manera de convivencia de un pueblo. Ahora el demócrata lo es porque él es igual que todos los demás y por encima de él no hay nadie. El demócrata lo es porque, según él, su opinión es tan válida como la de cualquier otro. Da igual que el majadero de turno no tenga ni idea de lo que está hablando, porque estamos en un Estado democrático y su opinión vale tanto como la de cualquier otro. Pero claro, qué podemos esperar de un país que ha contado entre sus ministros con gente como, por ejemplo, Carmen Calvo, que será recordada por celebérrimas perlas como lo de que el dinero público no es de nadie, dixi o pixi o su “antes que cocinera he sido fraila”. Ahora ya se intuye que ese “fraila” eran los inicios del “atentado final” contra nuestra lengua, continuado magistralmente por Bibiana Aído y su “miembros y miembras”. Ignorancia y estupidez en estado puro.

La idea de que todo el mundo puede opinar lo que le parezca y ser aceptado sin un análisis crítico y una discusión en condiciones nos ha llevado a una mediocridad sin precedentes, pues ésta mediocridad es ahora aceptada e incluso cultivada como derecho. A su vez, esta mediocridad, ayudada por la mala fe de los de arriba, ha llevado consigo un aspecto mucho más perverso aún, pues ha servido no solo para mantener la división ya existente entre los españoles sino incluso para potenciarla. Ahora todo es más accesible pero en estado adulterado. La información y la educación llega a prácticamente todo el mundo, eso si, la primera modelada y la segunda empequeñecida. Así, todo el mundo sabe de todo sin tener ni pajolera idea de nada. Se habla de todo sin saber de lo que se está hablando y se oye por todos lados que si la izquierda, la derecha, el capitalismo, el comunismo, los mercados, la democracia... Esos dos bloques ideológicos existentes en España y que parece ser, son completamente indisolubles. No hay discusión ni argumentación posible. Estás con nosotros o estás contra nosotros y si eres de un bloque serás insultado por los otros. Eres facha o estalinista, una de dos pero no ninguna. Siento repetirme con estas cosas pero quiero hacer un especial hincapié en ello porque es lo que verdaderamente debe ser corregido si queremos prosperar. Necesitamos espíritu crítico y menos ideología, más inteligencia y menos ignorancia. Si no superamos esos dos bloques ideológicos no podremos salir de esta. Esos dos bloques ideológicos han sido magníficamente explotados por los de arriba y sirve como arma magnífica para el dominio colectivo.

Como ya he dicho tengo la opinión de que la palabra democracia, como tantas otras, ya prácticamente no vale nada. Tenemos dos grupos de personas. Aquellos que demandan democracia o al menos más de la que supuestamente tenemos, y aquellos que insisten en que, a pesar de los defectos, lo que tenemos sí que es una democracia. El problema es que ambos grupos están llenos de personas que parecen tener un absoluto desconocimiento de lo que una democracia es. Ante la pregunta de si tenemos democracia yo respondo que no. Y para entender mi respuesta repasemos primero lo que es una democracia.

La democracia se gesta por primera vez en la Atenas del siglo V a.c, resultado de un proceso de evolución política que implica el aumento de los derechos sociales de participación política y la igualdad (isonomía) de los ciudadanos ante las leyes. Este proceso de evolución finalizó con la identificación de las polis con el cuerpo de ciudadanos (politeia) constituyendo una idea básica: ciudadanos libres e iguales ante la ley, con capacidad de tomar decisiones políticas vinculantes. Cabe destacar el modo de organización de la democracia ateniense con la Asamblea (ekklesia) de todos los ciudadanos. Dicha asamblea se reunía 40 veces al año y en ella se decidía sobre leyes y diversas cuestiones. Como ya he dicho era una asamblea conformada por todos los ciudadanos, es decir, que el pueblo ejercía de forma directa, sin representantes, el poder legislativo en las polis (de ahí el nombre de democracia directa). No debemos olvidar sin embargo que la condición de ciudadano en modo alguno incluía a las mujeres, esclavos o metecos (extranjeros). De este modo, si Atenas tenía por aquel entonces unos 200.000 habitantes, solo unos 38.000 eran considerados ciudadanos (de ahí la concepción de Atenas como democracia limitada) Otra característica fundamental es que los puestos ejecutivos, salvo contados casos, se asignaban por sorteo y no por elección, entre todos los ciudadanos sin exclusión de clases. También espectacular para la época es que la justicia pasó a ser impartida por tribunales populares. Esto supuso un cambio radical pues los códigos anteriores emanaban de las autoridades divinas. Por primera vez se formula un ordenamiento jurídico emanado de las propias polis, con un nuevo poder llamado nomos (norma) equivalente a la lex (ley) romana. Aparece pues una ciudad organizada por sus leyes humanas (politeia) y junto con ella nació la democracia, constituida por un conjunto de ciudadanos libres e iguales ante la ley y con participación activa en la esfera política mediante la toma de decisiones vinculantes.

Ese sistema hace mucho que desapareció pero muchas de sus ideas siguen vigentes hoy en día, al menos en el pensamiento. Indudablemente, algunas de las características de ese sistema son difícilmente transferibles al mundo moderno. Es cierto que Atenas no tenía la población de los países actuales, más aún teniendo en cuenta que la categoría de ciudadano excluía a la mayor parte de dicha población. Esto hacía muchísimo más fácil la formación de la Asamblea (ekklesia) y el nombramiento de los puestos ejecutivos y dificulta su puesta en práctica en el mundo actual, si bien hay multitud de pueblos y ciudades de tamaño similar en nuestro país y no por ello se sigue el ejemplo de Atenas. Otros podrán decir que debía ser muy fácil mantener el chiringuito de las asambleas mientras miles de esclavos y mujeres realizaban el trabajo cotidiano. Por uno u otro motivo se ha asumido que esa democracia directa es hoy por hoy imposible y se ha aceptado lo que se conoce como democracia representativa, en la cual el pueblo ya no es quien toma las decisiones legislativas y ejecutivas sino que por medio de la votación escoge las autoridades encargadas de representar a la ciudadanía en la toma de decisiones.


Esta nueva idea de la democracia se ha ido formando a través de varios siglos en los que numerosos pensadores como Spinoza, Rousseau, Montesquie o Tocqueville han escrito largo y tendido sobre la democracia. No es momento de escribir aquí sobre el pensamiento de estos autores y sus diferencias pues daría no para una entrada sino para varios libros. Sobre la democracia y la libertad se ha escrito mucho, con obras tan conocidas como “El contrato social” de Rousseau (a quien muchos atribuyen el papel de fundador de la conceptión teórica moderna y totalitaria del estado) o por ejemplo “La democracia en América de Tocqueville” y “Sobre la libertad de John Stuart Mill” (quizás éste último libro difícilmente comparable a los otros en cuanto a contenido y alcance). Ya he dicho que no es mi intención hablar sobre el pensamiento de estos autores pero sí es necesario tener en mente que sobre la democracia, la libertad y la igualdad se ha escrito muchísimo y ha habido opiniones radicalmente opuestas. Sin embargo, a pesar de esas diferencias existentes, existe una idea de la democracia moderna o al menos una serie de puntos clave que definen a una democracia actual.

El punto de partida es la soberanía del pueblo, requisito indispensable de la democracia. Ésta toma forma, en el mundo actual, mediante la votación popular (sufragio universal), a través de el cual se eligen los representantes o autoridades que llevarán a cabo las decisiones (tanto el poder legislativo como el ejecutivo). Otro pilar esencial es la división de poderes (legislativo, ejecutivo y judicial), cada uno de ellos independiente y controlado por los otros, para así evitar casos de corrupción o irregularidades. Además en una democracia moderna debe existir una carta magna o Constitución, donde se establece las normas por las cuales las autoridades son elegidas así como los mecanismos de control y las limitaciones constitucionales. La Consitución también debe plasmar tanto los derechos como las obligaciones (olvidadas por muchos) de todos los ciudadanos de la nación.

Particular atención requiere el poder judicial, el cual actúa como árbitro y fundamenta su actuación en las leyes y, aún más importante, en la Constitución. Esto creo que hoy en día es necesario remarcarlo pues el problema no es solo que el poder judicial esté politizado (que lo está) y controlado por el poder ejecutivo sino también el absoluto desprecio por la Constitución, donde muchos pretenden saltársela y cambiarla, o por el contrario hacen una defensa a ultranza de ella, sin contar con los ciudadanos. Tanto la Constitución como las leyes se pueden cambiar o modificar, pero con la aprobación mayoritaria de los ciudadanos. Un Estado de Derecho no implica una democracia, pues todo Estado tiene leyes y si no, no es estado, pero toda democracia implica un Estado de Derecho al cual todo el mundo se encuentra sometido. Las leyes se pueden cambiar o no pero hay que cumplirlas, y esto parece que no le ha quedado claro al personal. Ni que decir tiene que la Constitución establece que todos los ciudadanos son iguales ante la ley, esa isonomía de la que hablaba al princio. Estos pilares básicos constituyen nuestra democracia moderna y dicho sistema ha pasado a considerarse como el sistema de gobierno menos perjudicial para el manejo de los asuntos de Estado. Es éste el argumento, al menos en teoría, por el cual los ciudadanos “elegimos” vivir en “democracia”. Aceptando la dificultad de poner en práctica la democracia directa, tendremos que analizar nuestra democracia representativa (ver siguiente entrada).




Thursday 2 August 2012

Moments of clarity

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Not too long ago I had a very nice conversation with a great friend of mine. I could actually write a whole post about that conversation and I may do so in a near future, but this is not the point today. However, it is important to mention something about that conversation as an introduction to my post. In that conversation, we both described what I will call here “moments of clarity”. I will try to describe them: A sudden spark comes into your mind, a spark which sets everything around you in absolute silence. After a few seconds in which you feel a bit confused, simply watching around, this silence seems to deliver a thought into your mind which whispers “This is it”. And in that precise moment, a battery of thoughts float around in your mind bringing with them a pure absolute smile. I can put these thoughts into a couple of sentences: “This is what life is about” and “Life is beautiful”. After that your body reacts to those thoughts. I have noticed that my body experiences two different reactions, depending on the situation. In one of them, my body stays still, it gives me the goosebumps , I have a smile that covers the whole lower half of my face and I can only behold. The other type of reaction is characterized by closed eyes, smile twisted to one side, head bowed and nodding, which is accompanied by a right arm that is, from elbow to clenched fist, moving up and down. These moments are marvelous. This is why I know I am doing well in my life. This is why I know I am going on the right path. It is very simple, these moments happen more and more often.

This is a description of a moment or “feeling” whose peak lasts for a few seconds. This does not mean you forget about it immediately afterward. Not at all. This is just the moment of absolute awareness, of “clarity” and your satisfaction lasts for very long. Nevertheless, you cannot live 24h a day with such a feeling, it is too intense and would ruin your body too quickly. Let's imagine a drug, some chemical compound which triggers a whole cascade of responses in your body. When you ingest that drug, a certain time passes until you reach a peak to then enter a decreasing phase in which the drug is being excreted. OK, this “clarity” can be understood in a similar way. However, this can sometimes behave differently! Let's imagine you are continuously taking a drug at a certain rate while eliminating a part of it at a particular rate. You reach a plateau state in which any change in the intake rate leads to a exponential increase or decrease to finally reach a new level. OK so, I am going to share with you a week of my life, very recent, in which this “clarity” behaved in such a way. A week in which I reached a wonderful plateau or level, high enough to keep absolute happiness in my body and mind, high enough to feel absolutely complete, and low enough to prevent it from being toxic to my body. For a week, 8 friends including myself sailed through the Tyrrhenian and Ligurian seas, around Elba en Capraia, two beautiful islands part of the Tuscan archipielago. Let me try to get, through my writing, a small picture of what that was.

Sails extended, innocent white, shaped by the mighty wind which, capricious, dictates our direction. Only one sound, our boat cutting the sea as it advances, tenacious, brave, impassively following its way. Blue, clear sky and an encouraging sun, illuminating, showing all its glory. The vast sea around you, immense, endless, solid blue only altered by golden particles, glimpses of the sun caught on the surface of this majestic sea. You are on the deck, eyes half closed, contemplating that vast sea that surrounds you, searching, dreaming, simply beholding. Land appears to you, first a weak silhouette, which slowly solidifies, coming to life. Hills, peaks, birds, the coast, your destination. The intense blue of the sea switches to the most beautiful emerald green. Anchor!We will rest here tonight. On one side the cove, shore present just a few tens of meters away, the fine sand and the deep forest. On the other side, the sea, eternal, incorruptible, mystical. The sun approaches the horizon, burning the sky with its passion. The wounds of the sky take our breath, a whole explosion of shades floods our eyes: oranges, magentas, violets, purples. The sun abandons this day and as it goes down, a firing furrow widens on the sea surface and the golden particles multiply to millions. The night has come and the full moon, elegant, coquette, takes over. Did the furrow created by the sun ever disappear? Impossible to say, the furrow is still there but the golden particles have been substituted by a dense path of silver sparks. The moon irradiates wisdom, the scars of an old comrade visible to everyone. It irradiates solitude, calm and peace. You are a prisoner of its beauty and while observing it, there is nothing else in the world. You keep watching silent, and suddenly you feel your heart is being compressed. You take your hand to your chest, confused. You watch around and you realize: I am on a beautiful boat, for a week our boat, there is no city, there is no sadness, there is no rush, no envy, selfishness, anger, sadness, injustice, and most importantly, everything takes its real value. There is no banality regarded as important. You realize this is it. This is the Earth that is in tune with you. This is beauty embracing you. And the most beautiful thing, the best thing of all, is those people you have around you. You are sharing this moment with special people who have made your life even more beautiful from the very first moment you met them and you know they are in tune with you too. This is it and you know why your heart feels compressed. You forgot you were on a plateau and you realize you just suddenly changed the intake rate, you just had an exponential increase, you just had peak, a “moment of clarity”, one of the many you have throughout this fantastic week. Goosebumps, full smile, this is it!

I hope I managed to give a clear picture of how marvelous that week was. It was beautiful and authentic and the best of all was to share it with such an amazing people. If my description was not enough, below there is a video, made by one of those special people that I have in my life. A smile is drawn on my face every time I see it. Just to finish this post, I want to say you don't need to be on a boat to feel everything is perfect. I have had many “moments of clarity” in my life in many different situations. You do not pursue them, trying to make everything look perfect. They are just there and it is when you let go of the nonsense, the load, the banal when you see how simple and beautiful everything is. They are there when I ride my bike back home from work and I go along the river, I stop and contemplate the beauty of Prague in the late afternoon, when I am on the summit of a mountain and my graze embraces the infinite, when I lie down next to a lake with the deep forest behind me, when I watch and listen the birds, when nature plays for me. They are particularly intense when I am with a few good friends having a beer and laughing, when I receive a truthful hug, when I get a kiss, a smile from a beloved friend or relative, when I see my family waiting at the airport for me. The sincere smile of a person who loves you, a laughter of complicity between two, a look that penetrates your soul. Those are the best “moments of clarity”. This is it.

I have amazing people in my life. The best family and friends a person could ever have. To you all thank you. Because this post deals specially with my trip to Elba, I want to thank all the crew for such a great week and, just because, I want to have a special mention for Kacenka and Tomas. Thanks for being, simply, fantastic.


Erudimini qui judicatis terra


Era de obligado cumplimiento comenzar mi andadura por este blog con una reflexión sobre la situación actual en la que se encuentra España. No quiero perder el tiempo lanzando una batería de datos, números y demás parafernalia. Parafernalia que por otro lado escuchamos todos los días en televisión y que a mi me tiene absolutamente agotado. A mí me gustaría hacer una reflexión más profunda e ir más allá de una serie de datos económicos, la mayoría de los cuales, admitiéndolo con honestida, no comprendo en absoluto. Pues bien, aquí va mi reflexión.

Nos desprecian. Este es el mensaje absorbido tras un largo periodo fuera de España. Nos saben enfermos, todos en Europa coinciden: España es un auténtico peligro. Aquí la gente también coincide y tras ser bombardeados día si y día también con una serie de cifras escalofriantes el diagnóstico es el siguiente: este barco se hunde, caemos por un agujero sin pozo etc etc. El análisis en nuestro país va aún más lejos, y parece ser que la mirada va dirigida a lo que se conoce ahora como “casta política”; los políticos son los culpables de todo, parásitos ineptos que manejan con destreza el arte de saquear. El análisis presenta un punto en común: España está enferma.

Ahora bien, ¿pero es que acaso hubo alguna vez una España sana? Pues no. España padece de una enfermedad crónica, aquella responsable de que todas esas oportunidades creadoras que ha tenido a lo largo de la historia acabaran en el cubo de la basura. Creedme cuando digo que me duele llegar a esta conclusión, pero no me queda otra. España es un país fracasado, condenado a perecer por el tamaño de la enfermedad. Podemos operar, podemos extirpar, pero la metástasis seguirá avanzando; España no merece ser salvada, al menos no la España que conocemos. Y se encuentra en un estado terminal por una simple razón: sus gentes. Si de algo se ha encargado la sociedad española de demostrar por activa y por pasiva es que es absolutamente incapaz de mirar hacia delante y de construir no ya un futuro, sino un presente digno de admiración.

Ahora que nuestro “queridísimo” presidente del gobierno nos cuenta que para salvar a este moribundo país son necesarias medidas tan dolorosas como eliminar la paga extra de navidad numerosos ciudadanos españoles se llevan las manos a la cabeza. Tras un “profundo proceso de reflexión”, llegan a la magnífica conclusión de que el problema de este país son los políticos, a los cuales debemos dirigir toda nuestra ira y pedir responsabilidades por todo lo que está ocurriendo. ¿Pero por qué no espabilamos? ¡Si la culpa es nuestra!

Si a alguien hay que pedir explicaciones es a nosotros pues nosotros hemos desdeñado la libertad. Nosotros hemos despreciado la libertad, cambiándola por la seguridad fácilmente exigible a papá Estado; aquí nadie es responsable de nada y todo es reclamable al Estado. Hemos soñado con un poder único y todopoderoso al cual se le puede exigir todo por el mero hecho de haber sido ¿elegido? por los ciudadanos. Cada cuatro años nos consolamos saliendo de la tutela para elegir a nuestros amos y volver inmediatamente a ella. Pobres ilusos, miserables que creemos ejercer algún tipo de poderío por el hecho de elegir a nuestros amos. Señores, la culpa es nuestra porque hemos abandonado toda capacidad de reflexión y autocrítica; porque hemos decidido no ser cabezas pensantes; para qué, si ya tenemos a quien echar la culpa, a aquellos amos a los que elegimos cada cuatro años. España se encuentra cayendo por un agujero sin fondo por una sencilla razón, la sociedad española se compone de ovejas y mentes muertas. Nos hemos dejado arrastrar por la mediocridad, que implica el ceder toda responsabilidad a los de arriba; ya no somos responsables de nada y por ello no necesitamos hacer autocrítica ni buscar soluciones a nuestros errores, se acabó el pensar.

La gente se ha abandonado a papá Estado, los de arriba, a la “casta política”, a aceptar todo aquello que emana de sus amos. Creemos que vivimos en un estado democrático donde gozamos de un mayor intercambio de ideas y opiniones, pero no es cierto. ¿Acaso nos interesa escuchar al individuo de al lado? Avanzamos hacia una homogeneización de creencias, creencias absolutamente establecidas por la opinión publica y que no pueden ser discutidas. Da igual que jamás se haya estudiado o debatido el problema en cuestión pues la opinión pública, a través de los medios de comunicación, impone su verdad. Si lo dice la opinión publica, ¿quién eres tu osado individuo para levantar la voz? Al mismo tiempo, a pesar de dicha homogeneización nos bombardean con grandes polémicas ideológicas, las cuales para mayor perversión se encuentran absolutamente vacías de contenido. Éste es el elemento esclavizador; creador de creencias, creencias establecidas que jamás seran discutidas y creador de polémicas ideológicas, polémicas vacías de contenido.

La guía que viene desde arriba nos indica el procedimiento: ciudadanos no penseis, y si acaso os da por entrar en una discusión, no busqueis el entendimiento sino la confrontación. No escucheis argumentos, reclamad posturas; Dime si eres blanco o negro, si eres de izquierdas o de derechas. La postura, obsesión maniquea entre la gente. ¿Qué sois? Gritó Courfeyrac. Demócrata bonapartista dijo Mario.
Y así los ciudadanos malgastan su tiempo discutiendo sobre todo y nada. Ya te hemos dado las creencias, desde ellas discute. Ya te hemos dado las polémicas, aliméntalas. Incapaz de escuchar, incapaz de razonar, eres un esclavo y como esclavo estás bajo mi protección. Tu vida es más sencilla, pues careces de toda responsabilidad.

De este modo asistimos a “debates” y “tertulias” de una calidad deprimente, en la que se discute sin argumentos. Discusiones estúpidas y vacías carentes de espíritu pensante y agitador. El nivel alcanzado es dolorosamente grosero, y ejemplos los hay a patadas: tras un debate entre los dos cantidatos a la presidencia del gobierno, o tras el debate del Estado de la Nación, las discusiones “intelectuales” así como las conversaciones a pie de calle consisten en decidir... ¿¡quién ha ganado!? Asistimos a perversiones como el hecho de que un partido político alcance la mayoría absoluta sin haber explicado nada de lo que piensa hacer. Perversiones como el hecho de que un expresidente del gobierno tan nefasto como lo ha sido José Luis Rodríguez Zapatero esté cobrando una pensión astronómica tras arruinar al país. Entre esa “casta política” aumentan los insultos y los gritos, la demagogia, la ideología barata, todo en detrimento de los debates serios y enriquecedores (si es que alguna vez existieron). Se vanaglorian de no escucharse entre ellos y se carcajean cuando, tras haber robado y arruinado, son reelegidos. Todo ya está expuesto, demuestran su pestilencia con un orgullo insultante pero, ¿a quién le importa ya esconder la verdad? Los de arriba ya no necesitan disimular, piensan que los de abajo son incapaces de despertar. Así, con tranquilidad, nos dicen que no hay otra manera de hacer las cosas.

Si señores, ya lo hemos conseguido, somos un rebaño de ovejas idiotizadas dominado por pestilentes pastores. Ahora nos quejamos pero, ¿de qué nos podemos quejar? No solo nos hemos educado en el arte de la confrontación y el ataque. Tenemos ladrones en nuestras instituciones, tenemos mentirosos y gente deshonesta. ¿Y qué son el resto? En este pais se han aceptado dos condiciones como absolutamente indispensables: una es ser un ignorante (y ya he hablado sobre ello), y otra es ser deshonesto. El que no roba es un imbécil y el que no es un imbécil roba...sin olvidar el que reune las dos maravillosas cualidades. La conversación avanzaría más o menos de la siguiente manera: Hombre no, hay que ser listo, aquí todo el mundo roba o es deshonesto, no voy a ser yo el paria. ¿Que estos llevan años robando? Si los otros son iguales, pero roban menos. Vamos a ver, ¡esto yo lo he oído y es lamentable!
Ya han pasado 4 años, nos toca ejercer de jefes, a votar de nuevo. ¿A quién votamos? Estos del PSOE se han cargado el país, vamos a votar al PP. Pero si no han explicado nada de lo que van a hacer y no parecen por la labor de cambiar lo importante. Yo que se tio, pero lo harán mejor, peor imposible, además si todos roban! Diría que en cuatro años volvería a pasar lo mismo y el PSOE ganaría gracias al mismo estúpido argumento, de no ser porque parece que esta situación no dará tanto de sí y quizás el país explote antes de tiempo.

Muchos os sentireis ofendidos y direis que hay muchísima gente que no pertenece a ninguna de esas categorías. Absteneos de decirme eso, porque ya lo se. Pero admitamoslo, en España lleva dominando la estupidez, la corrupción y la mala uva demasiado tiempo. Solo cuando seamos capaces de hacer autocrítica y aceptar la verdad seremos capaces de cambiar las cosas. Para ello tendremos que aceptar que nosotros somos los que hemos fracasado, que la sociedad española ha fracasado. Con suerte ocurrirá y tras ello oiremos numerosos gritos desesperados a la libertad y al pensamiento. ¡No culpemos a nadie sino a nosotros mismos! Esto no quiere decir que no haya que levantarse contra las injusticias, que no haya que rechazar las barbaridades. Pero el cambio de unos por otros, el paro de los recortes, un ligero cambio de rumbo, no será nada sino simples parches contra una enfermedad sistémica. No miremos hacia delante desde el resentimiento. Es hora de clamar por la inteligencia, por el pensamiento crítico, por la reflexión. Ya hemos sido dominados durante mucho tiempo, pero el dominado debe ser capaz de aceptar su parte de culpa en la dominación. Ramón y Cajal dijo: “Los débiles sucumben, no por débiles, sino por ignorar que lo son. Lo mismo sucede a las naciones.” Salgamos de la ignorancia. El fuerte anhela la libertad, lo que conduce irremediablemente a una mayor riqueza personal porque uno se ve obligado a usar el intelecto, a no conformarse, a pensar, a incrementar la capacidad creadora, a cultivarse, a ser independiente.Solo desde el intelecto podremos salir de ésta. Así seremos ciudadanos libres, cabezas pensantes capaces de avanzar sin dominación. Podemos cambiar. Pero claro, esto lleva consigo algo añadido, entonces tendremos que responder de nuestros actos, ya se nos podrá exigir responsabilidades. ¿Estamos dispuestos?